Aproximadamente el 45 por ciento de los créditos son tomados por jóvenes entre 18 y 35 años. La mayoría de las veces los jóvenes se endeudan sin conocimiento de lo que esto significa, y eligen gastar el dinero obtenido en gustos o lujos en lugar de invertirlo a fin de que aumente su valor.
Los bancos y compañías financieras saben esto y se encuentran constantemente en la búsqueda de jóvenes con ingresos estables, les ofrecen tarjetas, créditos y cientos de beneficios orientados al consumo, pero sin enseñarles la importancia de estas herramientas.
El dinero fácil nunca es gratis, y el mal uso de un crédito puede tener consecuencias a futuro, pero del mismo modo su buen uso tiene consecuencias positivas y, en la mayoría de los casos, resulta necesario.
Un crédito es la mejor escuela para aprender a administrar el dinero y poseer un historial crediticio sano iniciado a temprana edad puede ser una condición determinante a la hora de solicitar créditos mayores (hipotecario o para la inversión). Por esto, es importante tener en cuenta algunos consejos a la hora de pensar en iniciarse en la vida financiera:
- El crédito debe ser destinado a la inversión y no al gasto. Es decir, debe devolver una ganancia, puede ser para educación, para iniciar un negocio, comprar un vehículo o una vivienda.
- La mejor forma de iniciarse en la vida financiera es a través de créditos pequeños y no tarjetas de crédito.
- Siempre recibir asesoramiento e información detallada antes de solicitar un primer crédito.
- El porcentaje de los ingresos mensuales que se lleve la cuota nunca debería superar el 20 por ciento.
- A veces el historial financiero puede ser iniciado desde la adolescencia a través de extensiones de tarjetas de crédito o micro préstamos.
Perder el miedo al crédito y aprender a usarlo es algo de crucial importancia, ya que sino la única forma de crecer financieramente es a través del ahorro, método que, en la mayoría de los casos, excluiría inversiones importantes en la vida de una persona.