Existe una tasa de préstamos hipotecarios que es fija, en la cual se mantiene el interés para todo el periodo de pago del crédito. Este tipo de tasa es la que implica que la entidad bancaria corra mayor riesgo ya que es ella quien debe hacerse cargo de los vaivenes en las condiciones de los mercados financieros. Durante los periodos de inflación elevada los préstamos a tasa fija suelen ser quitados del mercado.
Encontramos además una tasa de préstamos hipotecario que es denominada variable, en la cual se establece que las condiciones de otorgamiento pueden modificarse tanto por cuestiones contractuales como por otras circunstancias del mercado. La tasa variable pone en riesgo al deudor, ya que es éste deberá enfrentar aumentos en la tasa si las condiciones del mercado así lo requirieran.
Existe una tasa de préstamos hipotecarios que es denominada combinada. Algunos bancos como el Banco de la Nación Argentina entrega préstamos de hasta 15 años en los cuales los primeros 3 años son a tasa fija y luego de este periodo de tiempo pasa a pagarse una tasa de tipo variable. Esto es lo que se conoce como tasa combinada y es ideal para personas que desean adquirir un producto financiero y estabilizarse durante los primeros años.
Es importante remarcar, sin embargo, que la tasa de los préstamos hipotecarios no debe ser el único factor que se debe tener en cuenta a la hora de elegir un crédito para vivienda, sino que es imprescindible considerar comisiones y gastos asociados, que podrían afectar considerablemente el valor de la cuota.