El seguro de autos es una necesidad y una obligación: los accidentes y desastres automovilísticos se suceden a diario debido muchas veces a variables imposibles de controlar. Es por esto que resulta imprescindible tomar precauciones.
Debido a la cantidad de accidentes automovilísticos que ocurren diariamente, y a la cantidad de variables alejadas de nuestro control, la contratación de un seguro de autos es más que una obligación determinada por la ley. Es un requerimiento universal que permite contar con el respaldo necesario para enfrentar un desastre.
El propósito básico de un seguro de autos es brindar protección al conductor de toda responsabilidad civil. Esto significa que somos responsables de lo que ocurra con nuestro auto mientras lo manejamos. Por esta y otras razones es imprescindible para cualquier individuo que conduce contar con un seguro de autos, por más que sea con la mínima cobertura. De hecho, dos de las seis coberturas básicas están asociadas a las responsabilidades civiles, como es el caso de responsabilidad por daños a la propiedad y responsabilidad por daños corporales.
La contratación de un servicio de seguro de autos le permitirá a la persona asegurada contar con la seguridad de que cuenta con el apoyo necesario ante un eventual caso de un accidente. Esto lo exime de tener que hacer esfuerzos fuera de su alcance para cubrir los gastos propios y los de las demás personas afectadas por el desastre.
¿Qué seguro de autos elegir?
Lógicamente mientras mayor sea la cobertura del seguro elegido, mayor será la prima mensual que deberá abonar. Otro dato importante a tener en cuenta a la hora de escoger una cobertura es que, a diferencia de lo que se cree, son más probables los accidentes que los robos. Actualmente podemos encontrar seguros a precios accesibles con las mínimas coberturas indispensables.
Antes de elegir un seguro de autos es recomendable contar con la opinión de un experto o conocedor del tema para poder escoger la alternativa que mejor se adapte a sus necesidades. Y es clave tener en cuenta la célebre frase “lo barato sale caro”, ya que por ahorrar tal vez unos pesos mensuales dejamos de lado una opción de cobertura que puede ahorrarnos una fortuna llegado el caso de que ocurra lo peor en un accidente: siendo el conductor el responsable de la muerte de una persona, acompañante o un tercero, el gasto que deberá enfrentar sin dudas excede lo que cualquier individuo posea en su cuenta para enfrentar imprevistos.
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