Actualmente a la hora de escoger un crédito en el mercado financiero nos encontramos generalmente con dos tipos de tasas de interés básicas: tasa variable y tasa fija. En esta nota te explicamos cómo funcionan y cuál es más conveniente según el caso.
El mercado financiero actual nos brinda un sinfín de posibilidades y alternativas a la hora de acceder a un crédito. Uno de los factores más importantes al momento de elegir un servicio financiero es la tasa de interés, que por lo general suele ser fija o variable, a pesar de que existe una tercera opción, que es una combinación de estas dos anteriores.
La tasa de interés variable es utilizada en créditos cuyos plazos de devolución son más extendidos, siendo aplicada normalmente a créditos que exceden los 10 años de plazo. Este tipo de tasa es, en promedio, un 2 ó 3% inferior que la tasa fija, sin embargo le da la libertad a la entidad financiera que otorga el crédito de realizar ajustes en caso de que se produzca algún cambio en el mercado. Teniendo en cuenta esto, resulta más difícil determinar con exactitud el monto a abonar por cuota a futuro.
Es importante aclarar que la entidad financiera que otorga el crédito debe aclarar en el contrato celebrado con el solicitante cuál es el criterio en base al cual se ajustará la tasa a lo largo del período de devolución, incluyendo cuál es la frecuencia del ajuste: el más utilizado es la encuesta que lleva a cabo el Banco Central de la República Argentina (BCRA) apoyándose en las variaciones de las tasas de plazo fijo, los préstamos a empresas de primer nivel, la tasa para préstamos entre entidades financieras (tasa BAIBOR) o la tasa para depósitos mayores a un millón de pesos (tasa BLADAR). Por lo general los ajustes realizados por las entidades son hechos en forma mensual, bimestral, trimestral o cuatrimestral.
A diferencia del anterior, el crédito a tasa fija es utilizado para períodos de devolución más cortos y, si bien la cuota es mayor al de tasa variable, corre con la ventaja de que se conoce con anticipación cuánto se abonará por ese crédito, debido a que la tasa se mantiene constante, siempre y cuando se cumpla con los plazos de cancelación pautados.
A la hora de obtener un crédito es importante tener en cuenta un dato crucial: el Costo Total Financiero (CFT), que será de mayor ayuda que la simple comparación entre el plazo de pago y las diferentes tasas de interés.
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