Los créditos son operaciones financieras realizadas por entidades que otorgan un monto de dinero a una persona a cambio de la retribución de mismo sumado a los intereses. Estas entidades financieras cumplen el rol de canalizadoras de recursos a nuevos emprendimientos generando una mayor inversión y por ello, un mayor crecimiento económico.
A través de los préstamos personales y otros productos similares, los bancos desempeñan un rol vital en la determinación de los niveles de vida en las economías de los países. Estos poseen la capacidad de recoger una parte muy importante del ahorro de la sociedad y racionarlo entre las empresas y las familias que necesitan de fondos prestables para poder financiar sus actividades económicas.
Gracias a los préstamos personales, hipotecarios, automotrices, etc, el sector bancario puede optimizar la trayectoria del crecimiento económico, lógicamente obteniendo un importante beneficio en el proceso.
Los préstamos personales son solo uno de los tantos productos con los que cuentan estas entidades. Su objetivo además del que el solicitante desee es el de impulsar el crecimiento de la economía no sólo personal si no también empresarial. La inserción de créditos en el mercado genera un constante movimiento de dinero.
Gracias a productos financieros como los préstamos personales, son los bancos los encargados de absorber la mayor responsabilidad, esta implica identificar proyectos de inversión segura y rentable que necesiten capital y de otorgar el mismo a mercados poco desarrollados.
El comportamiento estable del proceso de suministro de préstamos personales y de otros tipos es vital para el desarrollo económico. La concesión de créditos de toda índole son los pilares de las economías de los países.