Actualmente bancos y financieras cuentan con líneas de créditos personales en el acto. A pesar de que aparentemente se trata de productos similares, existen grandes diferencias si analizamos las características y detalles de cada préstamo. Banco o financiera, ¿qué conviene más? Te lo contamos en esta nota.
Nadie puede negar que los créditos personales en el acto son hoy una opción muy utilizada por los argentinos, ya que se trata de una excelente oportunidad para obtener dinero en efectivo sin demoras, evitando largos trámites y con numerosas ventajas. En la actualidad podemos hallar este tipo de productos tanto en entidades bancarias como en financieras, cada una de ellas con características y condiciones de financiamiento muy distintas.
Características de los créditos personales en el acto
Prácticamente todos los bancos que operan en la Argentina cuentan con líneas de créditos personales en el acto. Hablamos de préstamos a través de los cuales un individuo puede acceder a montos máximos de hasta $300.000 (según las condiciones de cada entidad y las características del solicitante) con plazos de devolución de hasta 60 meses. Aquí tenemos una de las grandes diferencias, ya que las financieras difícilmente otorguen préstamos por montos superiores a $50.000 y plazos de financiamiento de 24 a 30 meses.
Otra gran diferencia viene de la mano de los requisitos exigidos: por lo general las entidades bancarias tienen mayores requisitos a la hora de otorgar créditos personales en el acto, con trámites más largos y más papeleo. Por su parte, las financieras apuestan a brindar un servicio rápido, sencillo y eficiente, que permita al cliente obtener el efectivo que necesita sin demoras.
Todos estos factores desembocan en una tercer diferencia entre los créditos personales en el acto ofrecidos por bancos y aquellos que podemos solicitar a través de una financiera: los costos. Los préstamos rápidos que ofrecen las financieras son más fáciles de obtener, pero tienen un costo mucho más elevado que aquellos otorgados por entidades bancarias. Esto tiene un impacto directo en la cuota mensual que debemos pagar y el monto total que terminamos devolviendo al final de la vida del crédito.
Si tenemos en cuenta todos estos factores, lo más lógico sería solicitar créditos personales en el acto en un banco. Sin embargo son muchos los individuos que no están en condiciones de cumplir con los requisitos establecidos por las entidades bancarias y se ven obligados a optar por un préstamo ofrecido por una financiera.
¿Realmente convienen los créditos personales en el acto?
Como siempre, la respuesta a este tipo de preguntas es muy compleja, ya que es necesario tener en cuenta la urgencia con que necesitamos el dinero, nuestra situación laboral y financiera y la cantidad de dinero que requerimos. Obviamente si necesitamos montos relativamente pequeños, la opción de tomar créditos personales en el acto en una financiera puede ser una buena decisión, ya que en 3, 6 ó 12 meses habremos cancelado la deuda y no correremos el riesgo de endeudarnos aún más.
Como ocurre con los bancos, donde podemos encontrar diferencias abismales entre los costos financieros totales entre un crédito de una entidad y otra, en las financieras ocurre lo mismo, por lo que es recomendable consultar, evaluar las posibilidades y tomar una decisión inteligente en lugar de ir por la primera opción disponible.