La oferta de créditos es muy amplia en nuestro país: dentro de lo que conocemos como préstamo personal podemos hallar numerosas alternativas, con características, requisitos y condiciones de financiamiento muy distintas. Es por eso que resulta imprescindible evaluar las alternativas disponibles antes de elegir un producto específico.
Si hablamos de opciones de crédito personal en el acto, tanto bancos como financieras ofrecen este tipo de productos. Sin embargo existen grandes diferencias entre los préstamos ofrecidos por estas entidades y a continuación repasamos los principales contrastes:
Montos y plazos
Una de las grandes diferencias que existen entre un crédito personal en el acto otorgado por un banco y uno otorgado por una financiera está en los límites impuestos para montos y plazos. Mientras los bancos ofrecen préstamos de hasta $300.000 (e incluso más en ciertas entidades), las financieras difícilmente otorguen créditos que superen los $50.000. Con los plazos ocurre algo similar: los bancos ofrecen plazos de devolución de hasta 60 meses, contra los 24 que permiten las financieras.
Requisitos
Posiblemente esta diferencia sea la más significativa, ya que determina quiénes pueden acceder a un crédito personal en el acto o no. En este apartado los bancos son mucho más estrictos, exigiendo que el solicitante tenga ingresos mínimos de $1.500 (en algunas entidades la base es de $4.000), presente un recibo de sueldo, tenga antigüedad laboral de entre 12 y 24 meses, buen historial crediticio, que no posea deudas en otras entidades y otros requerimientos esenciales. Las financieras, por su parte, entregan préstamos con mínimos requisitos. Es incluso posible encontrar préstamos que se obtienen sólo con DNI y una factura de un servicio fijo que verifique el domicilio del solicitante.
Tasa de interés y costo financiero total
Otra de las diferencias básicas que podemos señalar entre un crédito personal en el acto otorgado por un banco y uno ofrecido por una financiera tiene que ver con los costos: los bancos ofrecen tasas de interés más accesibles y costos financieros más bajos. Lógicamente, entre un banco y otro podemos encontrar importantes diferencias, que incluso duplican o triplican las tasas más bajas del mercado. En el caso de las financieras la tasa y el costo financiero es muy elevado, lo que se traduce en una cuota mucho más cara. Por eso los especialistas recomiendan agotar todas las posibilidades de obtener un préstamo bancario antes de recurrir a un crédito otorgado por una financiera.
Es así que, dependiendo del monto de dinero que necesitemos, nuestra situación laboral y financiera, nuestro historial de crédito y nuestra capacidad de pago, la elección de un producto u otro queda en nuestras manos.