Un crédito inmobiliario es el instrumento más utilizado por personas y familias que desean adquirir una vivienda o terreno. Por lo general se trata de préstamos de grandes cantidades de dinero que es son devueltos en plazos extensos de hasta 30 años para así poder afrontar esta importante inversión.
Adquirir una propiedad requiere de una gran inversión que pocas personas y familias disponen. De ahí la necesidad de acceder a un crédito inmobiliario, la opción ideal para financiar la compra de una vivienda o terreno o incluso para obtener recursos para construir, refaccionar o ampliar una casa.
Cabe aclarar que, por lo general, un crédito inmobiliario no permite financiar el 100% de la adquisición, sino que normalmente se brindan préstamos que cubren entre el 65 y el 80 por ciento de la inversión. Lógicamente estas condiciones, si bien respetan ciertos parámetros generales, suelen responder a las exigencias específicas de cada entidad bancaria o empresa financiera.
Los pagos mensuales a través de los cuales se reembolsa el crédito inmobiliario dependerán de diferentes factores: en primer lugar se tendrá en cuenta el monto solicitado y el plazo a pagar. A partir de esta información y otros datos esenciales se calcula la tasa de interés, que puede ser fija, variable o mixta (o combinada).
Este último apartado, es decir, la tasa de interés, es una variable muy importante a tener en cuenta al momento de solicitar un crédito inmobiliario, ya que el tipo de interés puede determinar si el préstamo es o no conveniente. En la Argentina, dada la inflación y otras características de su economía, suele ser conveniente acceder a préstamos con tasas de interés fijas o constantes, mientras que en el caso de tomar un crédito con tasa de tipo variable es imprescindible conocer cuáles son las condiciones sobre las cuales se realizan los ajustes para así evitar sorpresas.