Los créditos son un camino muy efectivo que utilizan muchas personas para alcanzar metas y sueños, para algunas inversiones no se puede ahorrar toda la vida, aunque en ciertos casos es mejor armarse de paciencia y llenar el chanchito.
Pagar estudios, comprar un auto, una casa o invertir en una oportunidad de negocio pueden ser buenas motivos para solicitar un crédito, éstos mejoran la calidad de vida y resultan al largo o corto plazo una inversión; pero, ¿cuáles son los casos en los que un crédito podría ser un problema?
- Pagar un crédito con otro crédito: definitivamente si hay algo prohibido en el mundo de las finanzas personales es esto. Sólo logrará arruinar el historial crediticio y demostrar la incapacidad para manejar los números de futuros préstamos. No se puede cubrir un hueco haciendo un hueco más grande.
- Vacaciones: Disfrutar diez días para pagar un año es la verdad de este tipo de créditos, mejor esforzarse un año para disfrutar 10 días.
- Casamiento: Esta ecuación es similar a la anterior, se trata de grandes créditos que se disfrutan en una noche y luego se pagan en 3 o 5 años, con el agregado de que son los primeros cinco años de una nueva familia, con todos los costos que esto puede implicar.
- Joyas: se disfrutan poco y en raras ocasiones se puede recuperar su valor original al revenderlas.
Esto no quiere decir que un crédito no servirá para ninguna de estas cosas, sino que en la mayoría de las veces no resulta lo más conveniente. Aún así, un buen administrador logrará sacarle provecho a un crédito, tanto como un mal administrador hará mal uso de su préstamo aunque sea para una inversión justificada y sana.