Todos los préstamos que ofrecen bancos y entidades finaniceras implican intereses (o costos financieros totales, lo que para el solicitante debería significar simplemente otra forma de llamarlos); así, existen diversas formas de incluirlos en las cuotas del préstamo: fijas, mixtas o variables.
Ahora, en toda esta maraña intencionada de lenguaje confuso y tendencioso que han creado las entidades dedicadas a brindar préstamos, sean bancos con presencia internacional o compañías financieras, el consumidor tiene grandes posibilidades de perderse y terminar contratando un producto con modalidades de pago e intereses que resulten una carga injusta para su bolsillo, agrandando el problema en lugar de solucionarlo.
Las tasas fijas implican el mismo interés, es decir, la misma cuota, durante todo el plazo que se tome en cancelar el préstamo; por su parte, las tasas variables tendrán un porcentaje de interés que se moverá cuota a cuota según los referenciales determinados por la entidad prestamista; por último, las tasas mixtas ofrecen períodos fijos y períodos variables.
1. Estudio del préstamo: es importante realizar una revisión minuciosa de los porcentajes y tasas que aplican al mismo y de ser posible una proyección de la situación económica personal en el mediano y largo plazo. Aunque tome tiempo, este paso es el más importante y el que va a definir si la solicitud de un préstamo resolverá o empeorará el panorama.
2. ¿De qué depende?: la elección entre una tasa fija o variable, según los expertos, “depende”, ¿de qué? De la situación económica y necesidades de quien lo solicite, pero también de sus posibilidades para acceder a uno u otro tipo de tasa, suele ser más difícil obtener un préstamo a tasa fija que uno con tasa variable.
3. Cuando la tasa fija es lo mejor: para una persona o grupo familiar que posee ingresos estables y prefiere evitar los riesgos financieros puede ser más conveniente una tasa fija, sobre todo en préstamos grandes como puede ser el hipotecario. Los préstamos con cuotas fijas suelen pedir más requisitos a la hora de ser aprobados, por lo que son más fáciles de adquirir por aquellas personas con ingresos estables.
4. ¿En qué situación elegir una tasa variable?: para aquellos que desean cancelar el producto en plazos más cortos y/o poseen un ingreso grande por un período determinado de tiempo puede resultar más conveniente una tasa variable o mixta que se mueva según los referenciales. Estos créditos suelen poseer más flexibilidad y menos requisitos para su obtención.
Es importante tener en cuenta que las tasas fijas permiten proyectar las finanzas personales con mayor certeza que las variables y mixtas, ya que el cálculo de la modificación de los referenciales en las condiciones variables es complejo e incierto.