Los créditos ofrecidos por cualquier entidad crediticia, ya sea del tipo bancario o una empresa privada, se pueden dividir en tres tipos: los créditos prendarios, los préstamos personales y los créditos hipotecarios. Estas diferencias se deben a las características particulares de cada préstamo, ya sean las finalidades a las que están destinadas los préstamos, los montos, plazos y condiciones de financiación distintas que brindan y los requisitos necesarios para su obtención.
Según datos específicos acerca de la oferta crediticia en Argentina, brindados por portal de información al cliente del Banco Central de la República Argentina (http://www.clientebancario.bcra.gov.ar), cuando un cliente solicita un crédito debe abonar un plus de gastos además de los intereses. Estos costos, adicionales a los del interés, son los gastos administrativos del banco, gastos por entrega del préstamo, gastos de seguro y gastos de información entre otros denominados como CFT (Costo Financiero Total).
Las instituciones bancarias están obligadas a informar a sus clientes el Costo Financiero Total de cualquiera de sus productos crediticios mediante la misma publicidad en la que se incluyen sus productos. El Banco Central establece que la información sobre el CFT debe ser de igual tamaño y duración, dentro de la publicidad, que la que se destine a anunciar la tasa nominal anual. Además, desde esta institución, se prohíbe terminantemente a cualquier entidad crediticia cobrar costos no incluidos en el contrato firmado previamente con el cliente.
La financiación de los créditos puede ser con tasa fija o variable, lo que quiere decir que si un crédito es otorgado con tasa fija las cuotas son siempre del mismo importe hasta que el préstamo sea saldado; por el contrario, si un préstamo es con tasa variable las cuotas pueden ser modificadas por la entidad prestamista.