Seguro que a lo largo de la vida, escucho a algun allegado consejero la frase ” el ahorro es la base de la fortuna”. Pues bien, podemos decir que el ahorro es la base del crecimiento y la única forma de salir adelante en momentos económicamente difíciles. Sólo la capacidad y la voluntad del ahorro hacen posible el fin de una deuda, el ser confiable para cualquier vía de financiación o la inversión.
Así como muchas veces se demoniza al financiamiento (créditos y préstamos), actitud usualmente basada en el desconocimiento de cómo valerse de esta herramienta, también se le teme a la inversión, muchas personas piensan que invertir es para millonarios ( cada vez más internet democratiza las opciones para invertir ). Lo cierto es que el financiamiento y la inversión son formas de crecer y aprender económicamente, y ambas se apoyan sobre la capacidad de ahorro.
No existen las personas que no pueden ahorrar, sino aquellas que no saben hacerlo; el ahorro sólo requiere disciplina y un objetivo claro.
El primer paso para el ahorro, así como para las finanzas personales, es la diagramación de un presupuesto, por más simple que sea, una tabla en la que se puedan mesurar ingresos y egresos personales nos puede abrir los ojos a la forma en nos relacionamos con el dinero.
Pero eso no es todo, un presupuesto debe estar vivo, esto significa que debe actualizarse mes a mes, para comparar e interpretar la información que nos da con el objetivo de tomar acción e identificar cuáles son los gastos que pueden convertirse en ahorro. Un presupuesto puede ayudar a saber si se está gastando mucho dinero en café, pero sólo la acción puede reducir ese gasto para ahorrarlo.
Un conocimiento básico sobre finanzas puede mejorar la capacidad de ahorro y el rendimiento de los fondos. Para esto no hace falta entrar a la universidad, hay muchos libros y sitios de internet (como este) que inician en el ABC de las finanzas personales.
Algo crucial a tener en cuenta es la necesidad imperante para todas las personas de contar con un fondo de emergencias. Se pueden deducir pequeñas cifras del sueldo para este hasta alcanzar un monto deseado y mantenerlo en el tiempo.
Aunque para algunas personas parezca difícil sino imposible ahorrar, una vez que se organizan acciones puntuales y se entra en acción es una tarea que se da con facilidad, y ver crecer al “chachito” termina siendo el combustible necesario para mantener la disciplina.