El dinero y su administración suele ser un tema de conversación del que las parejas huyen, esto es debido a que expone muchas sensibilidades y diferencias que pueden poner en riesgo la relación. Pero evitarlo puede ser el inicio de graves crisis.
Teniendo esto claro es necesario pensar en situaciones comunes que podrían desatar una discusión, conceptos de ahorro o gasto que pueden diferir y/o hábitos nocivos que por lo general inician desastres.
1. La Tabla: la convivencia es el paso que transforma al dinero en algo determinante. Al mudarse, una herramienta sumamente práctica es la tabla de gastos e ingresos, teniendo en cuenta todo el dinero que entra y sale de casa a fin de tener un mejor control y administración del mismo.
2. Nunca hablar de dinero cuando no se esta hablando de dinero: evitar frases como “yo decido porque soy quien más aporta”, etc. cuando la discusión no es acerca de la administración de dinero.
3. Elegir un régimen de gastos personales: puede crearse un fondo común para gastos compartidos y el resto quedar para gastos personales o decidir en conjunto un monto fijo que se tome del fondo común para gastos personales.
4. Cuentas bancarias y tarjetas de crédito: depende del uso que cada uno haga de las mismas se debe decidir si se harán cargo juntos de sus costas e intereses o por separado, pero esta elección debe ser hecha a conciencia.
5. Régimen de bienes: esta pregunta es delicada antes del casamiento pero debe ser una decisión hecha con detenimiento, puede optarse por un régimen de bienes separados o gananciales (conjuntos).
La economía en las relaciones no es un tema absoluto, la base de la salud en misma es el diálogo y la sinceridad constantes. Consultar y hablar antes de realizar grandes gastos o tomar decisiones financieras importantes es la clave para evitar serios problemas en el futuro. Contrario a lo que dice el dicho, el amor y el dinero deben encontrarse si se trata de una relación sólida.